Los Establecidos y los Marginados del Penal
Por: Maricruz Magaly Chávarry Arias
La ambivalente de lo sagrado no es únicamente de orden psicológico (en cuanto atrae o repele), sino que obedece también a un orden de valores: lo sagrado es al mismo tiempo “sagrado” y “profano”.
Las veces que trato de escribir sobre mi experiencia profesional dentro del mundo penitenciario ha sido principalmente para destacar el desorden reinante en el sistema de las cárceles, y como corolario de ello, el grado de perversión al que llegan algunos de los internos. Por lo tanto la imagen que se nos ha difundido es la de un mundo tortuoso donde el exceso de hacinamiento y la corrupción de muchos funcionarios ha dado carta blanca a que prosperen todo tipo de vicios entre los que figuran prominentemente la homosexualidad, la drogadicción, el alcoholismo, etc.
“En las cáceles peruanas impera la ley de la selva”, es una frase que se oye comúnmente para destacar la condición de caos en que se ve sumida a su población Al hacer algunas observaciones a los textos planteados por Norbert Elías y Mary Douglas, pienso en la forma como enlazarlos uno con el otro en el planteamiento de mi investigación, claro esta que la hipótesis planteada en mi investigación será revalidada en un contexto social, es por ello que estoy enmarcando los estudios planteados por Winston Parva que se ocupa de algunos aspectos de estos problemas y cuestiones relacionadas. Estos son discutidos a que como base en la relación entre dos grupos asentados en dos barrios distintos de una misma comunidad inglesa. Con aquellos evitaban cualquier contacto social, a parte del que era inevitable por razones laborales, y los tildaban a todos indistintamente de burdos y poco educados. En cualquier conversación con la gente de ese lugar se podía establecer el hecho de que los residentes de una zona donde vivían las familias viejas” se consideraban así mismo, frente a quienes vivía en la zona vecina más joven ‘mejor”, es decir, humanamente superiores. Ellos trataban a todos los nuevos como gente que o pertenencia a su grupo es decir como “marginados”.
Los nuevos por su parte, al cabo de algún tiempo parecían aceptar con una especie de desconcertada resignación su pertenencia a un grupo de menor valor y respetabilidad, lo cual en relación con su conducta real, se revelo como justificado apenas para una pequeña minoría, Así se encontró e esta pequeña comunidad algo que parece ser una regularidad universal de toda figuración del tipo establecidos- marginados: el grupo establecido atribuía a sus miembros características humanas superiores: excluía a todos los miembros del grupo del trato social con su propio circulo fuera del trabajo: el tabú sobre tales contactos era mantenido vivo a través de medios de control social como el chisme que elogiaba a quienes observaban el tabú y la amenaza del chisme injurioso contra ofensores sospechosos. Aquí se podían observar que la sola “antigüedad” de una formación, con todo lo que so encierra, es capaz de generar un grado de cohesión grupal, identificación colectiva y mancomunidad de normas, aptos para inducir en unas personas la gratificante euforia ligada con la conciencia de pertenecer a un grupo superior y el concomitante desprecio para otros grupos.
Y aquí otro comentario del resultado de un estudio sobre los Burakumin: Tales autoimagenes de minoría pueden conducir a la retracción en enclaves de tipo Ghetto o, en caso de que unos contactos con la mayoría sean necesarios o útiles, a que se asuman roles sociales desviados frente a al grupo mayoritario. Los roles desviados frecuentemente contiene en un alto grado de enemistad encubierta contra toda forma de autoridad. Sentimientos de eses tipo son una consecuencia de la explotación experimentada generación por generación. Se ha vuelto corriente explicar relaciones grupales como las que se acaban de describir como resultados de diferencias raciales, étnicas o a veces religiosas. Ninguna de esas explicaciones encaja aquí, El material disponible sugiere que las diferencias individuales en el desarrollo no se deben ni siquiera en este ultimo caso de factores raciales o étnicos, sino a la circunstancia de que por un lado, se trata de grupo ‘establecido más poderoso’ y por el otro, de un grupo de ‘marginados con una cuota de poder considerablemente inferior’, que puede ser designado y excluido por el primero. Las que suelen denominarse “relaciones raciales” son en el fondo relaciones de ‘establecidos’ y ‘marginados’ de un determinado tipo.
Las primeras aportaciones que quiero hacer con respecto a mi experiencia dentro del Establecimiento Penal de Régimen Cerrado Ordinario de Lurigancho (Ex San Pedro), haciendo una comparación con los estudios planteados por Winston Parva con la comunidad obrera, y sobre los Burakumin. Es que puedo decir que en una misma comunidad carcelaria (penal de Lurigancho) he podido discernir dos tipos de grupos; los ‘establecidos’ y los ‘marginados’.
A pesar que pertenecen a una misma comunidad carcelaria (Penal de Lurigancho) existe mucha diferencia, es decir las leyes judiciales peruanas, juzga a todo sujeto que se encuentra impedido de su libertad y es alojado en el centro penitenciario, se le llama “delincuente”, Los llamados grupos establecidos son aquellos que ingresan al penal por el delito común (por robo agravado, trafico ilícito de drogas, contra la administración de justicia, tenencia ilegal de arma, secuestro, lesiones, extorsión, homicidas). Y los otros grupos llamados los marginados aquellos que ingresan por el delito contra el honor sexual (violadores).
Me tendría que hacer las mismas preguntas que Winston Parva ¿Cómo ocurre esto? ¿Cómo pueden los mismos miembros de un mismo grupo sostener entre ellos la idea de que no solo son simplemente más poderosos sino que son personas mejores que los miembros de otro grupo? ¿Que medios emplean para tener la creencia en su propia superioridad humana frente a los que ostentan un poder inferior?. Aquí planteamos la discusión de dos grupos asentados en una misma comunidad carcelaria (Penal de Lurigancho). Se podía observar que la gente que esta misma comunidad establecía parámetros muy marcados, es decir los grupos llamados “establecidos” se consideraba a sí mismo “superiores”, frente a quienes los denominaban los grupos “marginados” como inferiores.
En los grupos establecidos no todos los delincuentes son iguales es decir, existe una serie de delitos que hacen que todo aquel que practique tal o cual “laburo” (trabajo delincuencial) pertenezca a una escala jerarquizada de prestigio delincuencial. Definitivamente no es lo mismo un “pescuecero” que un “apretón”; no es lo mismo un “ciego que un “carnicero” en definitiva, no es lo mismo un “atorrante” que un “Faite”. Dentro de este grupo los establecidos también encontramos que están organizados jerárquicamente, es decir tenemos a los delegados que tiene autoridad, el Taita que representa el poder, y el Faite que tiene prestigio e influencia.
Todo lo contrario con los grupos llamados los marginados, aquí definitivamente no existe delegados, no tienen poder, ni autoridad, ni influencia es decir están supeditados a los grupos que se les denomina los “establecidos”, porque solo el hecho de haber cometido un acto impuro, profanado el cuerpo de otra persona que le llamaremos víctima y que en la justicia peruana se le conoce como el delito contra el honor sexual ya es repugnante, es decir abominable, se les considera dentro de la comunidad carcelaria como “muertos vivientes” por que ahí impera la “Ley del burro”, ” Ojo con ojo”; estos sujetos que han cometido un acto delictivo contra el honor sexual (violación) esa violencia, agresión, rabia por parte de ellos en su víctima, no la exterioriza dentro de la comunidad carcelaria, ya que los violadores no tienen voz, ni voto, es decir son ‘marginados” y muchas veces ultrajados.
Continuando con las observaciones dentro de la vida carcelaria, podemos mostrar claramente otro punto de comparación entre grupos dentro una misma comunidad carcelaria, esta vez de mujeres como es Penal de Santa Mónica; del cual existen muchas diferencias, es decir si plantamos los estudios de Winston Parva en esta comunidad nos daremos con otra gran sorpresa es decir, aquí las mujeres presas ingresan al penal por diversos delitos como son trafico ilícito de droga, robo agravado, homicidas, secuestro por banda y extorsión. Es decir todas estas mujeres que transgreden las normas de la sociedad y que son puestas tras las rejas ingresan por diversas circunstancias a dicho centro penitenciario; pero lo que las hace diferenciarse es que en el grupo de los “establecidos” encontramos a aquellas mujeres que presentan rasgos masculinos, lesbianas, como le llaman dentro del penal “chito”, son aquellas que imperan poder físico y de decisión, e incluso son muy solicitadas dentro de la comunidad como las favoritas, sin importar por que delito ingresen mantienen un poder jerárquico e incluso pueden ” batutear el penal”, estas mujeres “chitos” hacen labores masculinas y actúan de acuerdo a estos estereotipos masculino que a la vez los hace “interesante”. En cambio en el grupo que lo llamaremos los “marginados”; encontramos a todas aquellas mujeres que ingresan al penal, ya sea que presente belleza, dinero, y/o educación, estas mujeres se dedican hacer labores “inferiores” muy cotidianas como el lavado de ropa, cocinar, cuidado de niños, manualidades, etc. Por ningún motivo presentan poder de control dentro del penal, solo se mantiene como una especie de supervivencia, como si lo comparáramos como un “autista”, que vive encerrado en si mismo es decir, con una especie de sobreprotección, como un mecanismo de defensa por el medio aterrador al cual esta inmersa.
Este medio aterrador, en el que tienen que convivir día a día estas mujeres que pertenecen al grupo de los marginados, hace pues que se involucren con los que tienen mayor poder (los grupos de establecidos), ya sea afectivamente o amicalmente con un afán de buscar protección y/o cariño muchas de ella, se involucran sexualmente con los llamados “chitos” que pertenecen a los grupos de los establecidos, como representan el estereotipo masculino y la falta de ello dentro del centro penitenciario para mujeres, hace pues que se involucren en una relación homosexual (lesbianas).
Recogiendo algunos pensamientos de la autora Mary Douglas nos explica como las anomalías es el elemento que no se ajusta a un juego o serie determinados. La ambigüedad es los caracteres que tienen los enunciados capaces de dos interpretaciones. Hay medios para enfrentarse con los acontecimientos ambiguos o anómalos: primero al reducirse cualquiera de las dos interpretaciones, la ambigüedad o menudo decrece (niño monstruo =río) segundo controlar físicamente la existencia de las anomalías (matar gemelos), tercero una regla para evitar las cosas anómalas afirma y refuerza las definiciones con las que no se hallan en conformidad, cuarto podemos considerar peligrosos los acontecimientos anómalos, los sujetos sienten angustian al afrontar anomalías, pero sería un error tratar a las instituciones como si su evolución ocurriese del mismo modo que las reacciones espontaneas de una persona y por ultimo emplear símbolos ambiguos en la poesía y mitología con el objeto de enriquecer el significado de llamar la atención sobre otros niveles de existencia (esto vendría hacer las reglas de la sociedad para mantener un orden). Pero este orden no esta inmerso en la el estudio planteado ya que hacemos una comparación con respeto a los grupos marginados y los grupos establecidos, con relación a los integrantes hombres del Penal de Lurigancho y mujeres del Penal de Santa Mónica, ellos representan a una misma cultura es decir una sub-cultura; impuestas por ellos mismo como son las normas, las reglas, el lenguaje, modo de vida etc.,
Dentro de ambos estudios, tenemos a los grupos los llamados los “establecidos” que encontramos a los delincuentes común el avezado, y los chitos (mujeres que aparentan rasgos masculinos) y el otro grupo los marginados tendríamos a los violadores (aquel que esta por un delito contra el honor sexual) y las mujeres que están tras las reglas. Es decir encontramos pues una ambigüedad si hacemos la comparación en ambos penal de acuerdo en su propuesta de Norbert Elías. Diríamos pues que los anómalos en estos grupos vendrían hacer los violadores y los chitos, es decir los raros, los abominables los que no están dentro del contexto de esta sub-cultura.
Pues definitivamente puedo decir que fue una experiencia encantadora encontrar en estos textos una propuesta nueva e interesante no solo ver mi proyecto de tesis desde otro punto de vista, sino también que me ha servido para mis quehaceres diarios.