¿Cuándo las Apariencias nos engaña?
Había una historia que me la contó un viejo forastero que se la contó a mi abuelita y ahora se la cuento a Uds. niños y niñas.
En una noche de luna llena que iluminaba las aguas del mar azúl. ¡Azúl como el cielo de esa noche!.
Las aguas del mar estaban serenas y tranquilas.
Pero en el fondo del mar había…mmm, había una gran fiesta ta, t ata, ra ra ra taan....¡Una gran fiesta!
Para todos aquellos, que pertenecían al reino de los peces; estaban allí rodeando a una enorme CUEVA DE PIEDRA.
Pero esta cueva no era una simple cueva, era de una piedra muy especial, totalmente de Topacio y en ella primaba un amarillo brillante.
Pero con la iluminación que manantiaba la luz de la luna llena a esta Cueva de Topacio esta se convertía en color rojizo y verdoso por el agua marina y a su vez con un brillo cristalino.
Esta cueva de Topacio era especial para todos, los que pertenecían al reino de los peces, porque esperaban al GRAN PEZ, El Pez de la Sabiduría, que solo aparecía cuando había luna llena.
El Pez de la Sabiduría, se le llamaba el “PEZ DORADO”, dorado como la piedra de topacio, brillante como el sol, pequeño de tamaño pero grande de sabiduría.
¡Todos esperaban la salida del pez dorado!
Mientras tanto iban llegando desde aguas muy lejanas y se colocaban alrededor de la Cueva de Topacio.
Se encontraban allí:
- El Señor PULPO tamboreando a ritmo de merengue con sus ochos brazos.
- El Señor ESPADA con su larga espada y una alga afinaban al mismo ritmo.
- Las Señoras Conchas llamadas las “madres perlas ”orgullosa de su perla nacarada esferoide de color blanco agrisado con reflejos brillantes, se encontraban allí al pie de la cueva de topacio, esperando el gran momento para hacerle entrega de su gran joya apreciada al “señor de la sabiduría”.
- El Pez Bonito, encorbatado con ropa de etiqueta bailando a ritmo de merengue.
- Los caballitos de mar con su cabeza prolongada y erguida tocaban sus trompetas, anunciando la hora de la salida del gran PEZ DORADO.
Eran ya las 12 de la noche y la luna llena se encontraba justo en el centro iluminando a la cueva de topacio
Y de pronto salió una luz brillante y todos los peces estaban atentos al acontecimiento a lo que estaba ocurriendo.
En ese momento aparece el gran pez ¡El pez dorado! Y todos se inclinaron ante su presencia.
Luego cada uno se fue acercándole rodeándolo y la vez hacerle sus preguntas al Pez Dorado lleno de sabiduría.
El señor pulpo le pregunto:
¡Oh gran señor ¡ dime porque tengo tantos brazos
Para que puedas abrazar a todos tus hermanos hijo mío.
El señor Bonito le preguntó:
Porque me dicen el Pez Bonito si yo me siento igual que todos los demás
Serás igual hijo mío, pero por dentro serás bonito y bello.
La Sra. tortuga de mar le pregunta:
Dime tú señor explícame con tu sabiduría porque tengo que cargar esta caparazón tan pesada
Hija mía por ese caparazón que tienes en tus espaldas, ella te protege de mucho peligro y por esa caparazón vives mucho más tiempo que los demás.
Y así todos se le acercaban al gran pez ¡El pez dorado!
¡El pez de la sabiduría!
Todos lo rodeaban al pez dorado.... y de pronto una sombra negra estaba encima de ellos.
¿Quién era esa sombra negra se preguntaron?
Todos empezaron a gritar
¡Era un tiburón! , ¡Un tiburón! …… ¡Un tiburón verde!
Todos trataron de esconderse, unos detrás de las plantas submarinos
El pez raya con su cuerpo cartilaginoso se queda quieto pegado a la arena para no ser visto.
P.D: Pero el pez dorado fue el único que no se movió, así es que el tiburón se le acerco y le pregunto
T: ¿Quien eres tú?
P.D: ¡A quien quieres que crea que sea!
T: A un tonto que no sabe con quien esta hablando
P.D. ¿Porque tendría que tenerte miedo
T: ja, ja,,, no te das cuenta que todos me temen porque soy el terror de los mares.
P.D: .. al ver la tranquilidad del pez dorado el tiburón respondió:
T: Dime entonces porque ante mi presencia todos se esconden
P.D: Por tu tamaño, tu historia aterradora de tu propia especie el tiburón blanco, el tiburón azul, el tiburón tigre con sus peligrosos ataques devoradores han hecho que te cataloguen como tal y huyan todos de ti.
Pero yo no soy... un tiburón blanco ni un tiburón azul, ni un tiburón tigre solo soy un tiburón VERDE: detrás de todo esto, SOY UN TIBURON INOFENSIVO incapaz de atacar a alguien, de devorarme a alguien pero...solo soy un tiburón vegetariano.
Mientras tanto estas palabras eran escuchadas por todos aquellos que pertenecían al reino de los peces se fueron acercando uno a uno junto al tiburón verde sin ningún tipo de temor
Y desde ese momento el tiburón verde empezó a compartir el REYNO DE LOS PECES.
Autora
Magaly Chávarry Arias